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Se considera que el artículo de un periódico no puede vivir más allá de veinticuatro horas. O tal vez menos. Debe ser trabajo breve y fugaz que ocupe una o dos columnas, con sus caracteres bien ajustados. En esta época del culto al presentismo y al consumo rápido. hasta los artículos de opinión resultan volátiles. Sirven para hilvanar el efluvio sutil de los acontecimientos. En ocasiones hacen pensar en el momento de leerse, pero luego se desvanecen como el humo…
Tamaño: 140 x 200 mm
Páginas: 217
CONOCE LA OBRA
Se considera que el artículo de un periódico no puede vivir más allá de veinticuatro horas. O tal vez menos. Debe ser trabajo breve y fugaz que ocupe una o dos columnas, con sus caracteres bien ajustados. En esta época del culto al presentismo y al consumo rápido. hasta los artículos de opinión resultan volátiles. Sirven para hilvanar el efluvio sutil de los acontecimientos. En ocasiones hacen pensar en el momento de leerse, pero luego se desvanecen como el humo de un cigarrillo. Un poeta diría que duran un poco más de lo que duran las rosas.
¿Por qué el artículo periodístico debe ser así, efimero? La respuesta es sencilla, porque es actual y la actualidad, perecedera. Sin embargo creemos que ya no existirán en cuanto novedad, en cuanto actualidad, pero sí pueden continuar constituyendo relatos. ¿Cierto? ¿Será la actualidad una exigencia convencional o un imperativo del anclaje de toda información en la realidad y no en la ficción? Reflexionemos. Sí los artículos dejan de ser noticia y se independizan del tiempo, entonces, los artículos pueden ser inactuales.
En este libro figuran noventa escritos sin fecha, ahora recuperados, reubicados. Relatos ligeros, frescos. curiosos, algo traviesos. Nostalgia sín nostalgia. Paradoja de periodista. Evocación. Brindis al sol en recuerdo del Retablillo de Papel. sección de La Gaceta del Norte. que dio camino y posada a estos y otros muchos artículos fraternos. que reviven en estas páginas inactuales.
CONOCE AL AUTOR
Hercules Poirot ha conseguido descubrir, tras arduas pesquisas, quién se enmascara con el título de conde Kapaki. Es un heterónimo o identidad literaria ficticia de Pedro Lozano Bartolozzi. Kapaki fue una de las primeras palabras pronunciadas por su hija María después de nacer. Otro desvario heráldico vincula a Pedro con el conde Lozano, personaje del Cantar del Mío Cid. Más fundamento tiene su pertenencia a la saga florentina de los Bartolozzi, relacionados con los Medici y Américo Vespucio. Periodista, jurista e historiador, es profesor emérito de la Universidad de Navarra, titular de la Complutense, invitado de la UPV, external examiner Gales, honorario del Curso de Altos Estudios Internacionales de Madrid. Fue presidente de la SEHN y vocal de los Consejos de Cultura y Audiovisual, subdirector del Centro de Estudios Europeos y presidente de la Asociación de la Prensa de Pamplona. Director de la edición navarra de La Gaceta del Norte, ha sido enviado especial en Oriente Medio, Italia, Alemania, Estados Unidos y Trebisonda.
Participó en la expedición de la UNESCO para la salvación de las momias y tesoros de Nubia. Caballero de la Real Orden del Pilar, de la Orden de la Tostada de Arróniz y del Ateneo, es falsa su incorporación a un regimiento de húsares austrohúngaros, pero sí es mozorro, pregonero y jugador de golf. Dicese cristiano viejo y pecador esperanzado.
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